Cuando el dolor nos envuelve como una manta fría, y la esperanza se apaga, las palabras de consuelo divino pueden ser un faro en la noche. Como un abrazo cálido en el corazón de la tempestad, estas palabras nos reafirman en momentos difíciles, recordándonos que no estamos aislados. La esperanza es una semilla que puede germinar incluso en el